Originalmente, muchos de los ejercicios taoístas se conocen como “Kung Fu”. La primera palabra, Kung, significa trabajo hábil, duro entrenamiento o esfuerzo.
El segundo, Fu, es tiempo empleado. Es un arte que se practica para lograr una satisfacción considerable. Por ello. el kung fu sexual es una expresión de nuestro propio poder y control. La capacidad de tomar el mando de nuestro cuerpo, mente y alma.
Tanto hombres como mujeres aprenden a amplificar su propia energía a niveles extraordinarios, lo que resulta en sanación, clarividencia y proyección astral. El proceso comienza identificando los principales centros de energía en ambos sexos, con los que debemos interactuar para acumular la mayor cantidad de voluntad posible.
Y una vez que se almacena, se puede transmutar en varias formas:
Energía íntima en el Ching.
Todos nacemos con abundancia de energía Ching, aquella que es principal en cualquier ser vivo. Para las mujeres, este poder generativo está a cargo del sistema reproductivo, determina si es placenteramente activa o no. La energía del aire que respiras y la comida que ingieres se mezclan con tu Ching para dotar a los óvulos con la esencia creativa, necesaria para fomentar a la próxima generación.
Fuerza vital en el Ching.
Por su parte, los hombres usan el Ching para producir impulsar su esencia íntima, que se almacena en su escroto. Cuando se enfrentan a la atracción instintiva de una chica, los espermatozoides comienzan a moverse con gran fuerza. Y es su rápido movimiento colectivo lo que produce una profunda cantidad de energía.
Integra esta práctica a tu vida diaria.
Durante la actividad divertida bajo las sábanas, concéntrate en respirar profundamente. Con cada inspiración, siente como si estuvieras atrayendo la voluntad por la parte posterior de tu cuerpo, tensando el perineo para intensificar el movimiento.
Entonces, cuando dicha energía llegue a tu cabeza, exhala y llévala hasta tu ombligo. Con el tiempo, podrás experimentar estados más elevados del clímax, mientras que los chicos controlarán mejor su eyaculación.
En resumen…
Vivimos en un mundo muy ocupado y distraído, las personas rara vez son capaces de poner toda su atención y enfoque en una tarea que a menudo se refleja en el dormitorio. Los hombres, en especial, tienden a apresurarse durante el acto, para alcanzar el pico más intenso del placer.
Sin darse cuenta de que se están perdiendo una increíble cantidad de dicha, al disfrutar con más calma y concentración del momento. Cuando disminuyes la velocidad, respiras profundamente y sientes que la excitación se extiende por todo tu cuerpo, el delicioso adquiere una dimensión completamente nueva, llena de experiencias y felicidad.
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