El “Sin Respeto” es un intercambio de muchas cosas: placer, intimidad, clímax, diversión y más. Por ello, cuando tienes relaciones con alguien, tiendes a captar parte de su energía. No podemos evitarlo, somos humanos y el delicioso es un acto poderoso que (sin importar cuánto no queramos admitirlo) nos hace a todos bastante vulnerables.
A nivel energético, cada persona deposita energía en la otra durante la experiencia. Así mismo, como cualquier enfermedad se pueden transmitir entre amantes durante la diversión en la cama, las fuerzas energéticas se intercambian.
La ira, alegría, tristeza, irritación o algunas otras emociones similares, son todas energías vibratorias que se pueden pasar de una persona a otra a través de las relaciones placenteras.
Limpieza Energética
¿Cuándo fue la última vez que hiciste el delicioso realmente increíble? Probablemente estuvo lleno de intensa energía y deseo, construyéndose a partir de una conexión (ya sea emocional o física) que te condujo a la satisfacción y una sensación de calma después.

La creatividad, motivación, confianza, felicidad y el placer pueden surgir a través de estos intercambios. Especialmente durante la llegada al clímax. Cuando tienes relaciones con alguien que está energéticamente alineado contigo, es cuando sucede la magia. Pero si no lo está, es posible que después te sientas agotado y frustrado, ya que, gastaste tu propia fuente de energía.
Si tienes una aventura divertida de una noche y a la mañana siguiente despiertas sintiendo pensamientos nublados, irritado o con dolor en el cuerpo, es tu cuerpo diciéndote que probablemente adquiriste mala energía de tu compañero de amoríos y necesitas deshacerte de ella lo más pronto posible.
La limpieza energética puede ocurrir a través de baños de sal marina, salvia, meditación, sesiones de Reiki y más. Para completar este punto, debes aprende tres formas en las que puedes conectarte con tu energía íntima:
1. Conéctate con tu esencia.
Frota las palmas de tus manos, sepáralas un poco y sienta la energía que surge entre ellas. Coloca los pulgares sobre tu ombligo y en tu estómago, dándole forma a tus dedos como un corazón. Siente el calor que pasa a tu cuerpo, irradiando sobre tu centro y respira poco a poco. Este es el lugar en tu anatomía donde yacen tus energías íntimas.

2. Prueba el placer propio.
Tócate de formas que te hagan sentir bien. No existen movimientos incorrectos. Puedes probar con algunas largas caricias, amasando tus zonas íntimas, palmeando, haciendo cosquillas o moviéndolo un poco, al ritmo de las agujas del reloj. Toca en sitios que te resulten agradables, desde tu cabello, cara, orejas, cuello, senos, genitales, muslos, piernas hasta los dedos de tus pies.
3. ¡Haz sonidos!
Tararea, silba o canta. Bosteza, gime, suspira o grita. Hacer sonidos y sentir las energías vibrando dentro y fuera de tu cuerpo, puede ser genial para equilibrar tu intimidad. Al igual que con los movimientos sensuales, los sonidos son una forma muy elemental de reconectarnos con nuestro ser.
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