El concepto erróneo más común sobre el deseo masculino frente al femenino es que los hombres son criaturas de la naturaleza, mientras que las mujeres son de significado. La biología es la que los impulsan a ellos, mientras que son las emociones las que mueves a las chicas.
Pero mientras escuchamos que las mujeres son demasiado complejas, debemos recordar que los hombres no son tan simples como se dice.
Cargados con estas ideas estrechas de la sexualidad, sufrimos con necesidades y emociones insatisfechas. Y nuestras relaciones pagan el precio de ello. Entonces, es hora de explorar algunas de las formas en que se diferencia el deseo íntimo entre las mujeres y los hombres:
La sexualidad masculina puede ser emocional.
Una gran incógnita que ha tenido la humanidad por mucho tiempo, es cuánto impulsan los sentimientos las relaciones. Los hombres guardan historias que a menudo no comparten con nadie. Incluso ellos mismos intentan no pensar en cosas de su pasado. Esto es tan cierto que repercute en el delicioso, donde esperamos que los hombres se sientan más impulsados.
Quizás esto les afecte más debido al antiguo concepto de lo que significaba ser “un hombre de verdad”.
El miedo al rechazo, la ansiedad por el desempeño, la culpa, la vergüenza, la inseguridad y la depresión: todos estos son estados internos que influyen en gran medida en los sentimientos de un hombre sobre sí mismo y su autoestima. Se filtran directamente en su yo íntimo, sus deseos y fantasías. Y determinan su sentido de derecho y privación. Esto hace que el deseo placentero masculino sea más emocional de lo que crees.
La sexualidad femenina puede ser narcisista (en el buen sentido)
En contraste con lo que se cree de los hombres, muchas mujeres afirman que se sienten más animadas al ser quienes excitan a su pareja. Este impulso viene desde adentro, sin importar con cual pareja compartan su cama.
La verdad tácita sobre el deseo de las mujeres es cuán narcisistas pueden ser, en el mejor de los casos. La capacidad de las chicas para concentrarse en sí mismas es el camino hacia el placer más erótico.
Al canalizar un enfoque interno, las mujeres se liberan de sus roles sociales, que muchas veces giran en torno a atender las necesidades de los demás. En esa libertad de cuidados y atención al bienestar de quienes la rodean, son capaces de encontrar un espacio para experimentar su placer.
Se cree ampliamente que el deseo femenino tiene sus raíces en el compromiso, pero eso no siempre es cierto. Si lo fuera, el delicioso solo prosperaría en relaciones amorosas y comprometidas. Y sabemos que a menudo ocurre lo contrario: el deseo decae una vez que se establece la rutina.
Por ende, esto es lo que las parejas deben entender:
1. Para las mujeres, la falta de interés íntimo no debe asociarse inequívocamente con un impulso en la cama más débil.
En cambio, ayuda el reconocer que el deseo femenino es un impulso que necesita un compromiso continuo. Así como ser alimentado intensamente a lo largo de los años que dure la relación.
2. El deseo masculino necesita ser visto a través de una lente que incorpore factores más emocionales.
El cuchi-cuchi es el lenguaje a través del cual los hombres tienen licencia para pedir amor, ternura, entrega, sensualidad, cariño y más. Y a menudo, es el único ojo de la cerradura que tienen para satisfacer estas necesidades emocionales.
3. Para ambos: los encuentros en la cama nunca serán solo una actividad sin sentimientos.
Incluso si es un rapidito de una vez. Se necesita mucha emoción para que el delicioso sea completamente satisfactorio.
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